Pesimismo optimista

viernes, 3 de septiembre de 2010 en 19:17

La mayor parte del país maldice el mes de septiembre. Los niños sufren con la dichosa 'Vuelta al cole', aunque El Corte Inglés ya se haya encargado de joderles la fiesta a mitad de agosto (¿alguien ha contemplado la posibilidad de denunciarles por publicidad engañosa? Nunca he visto a chavales cantando y saltando por comenzar el curso). Los mayores vuelven a la oficina con una enfermedad que no es tal, porque ahora resulta que la depresión postvacacional no existe (gran descubrimiento, por otra parte).  "Que piensen en todos los que no han podido tomar vacaciones porque no tienen un puesto de trabajo al que reincorporarse", dice el doctor Saiz.

Después de catorce meses trabajando, paso a engrosar la lista de cuatro millones de parados. Cinco años deseando obtener una licenciatura para que, cuando la tienes al alcance de tu mano, te plantees dejarla escapar para poder seguir trabajando, aunque sea de becaria precaria. ¡Qué incongruencia! Los medios de comunicación estiran a sus becarios como chicles, los exprimen, licuan y moldean a su antojo, y todo ello por una módica retribución de 600€ en el mejor de los casos, y gratis en el peor de ellos. Y nosotros aceptamos el trueque. Y me parece perfecto. Personalmente, en todos los sitios en los que he estado me han tratado de maravilla. Necesitamos experiencia y ellos, mano de obra barata. Pero, ¿qué sucede cuando te licencias?

Llega una época colmada de confusión, desorientación y aturdimiento. Miedo a lo desconocido. Pero también de esperanza, ilusión y fuerza. Futuro, bonita palabra. Qué remedio.

La culpa la tienen los payasos

viernes, 12 de marzo de 2010 en 18:57


"Sin saber que era imposible, fue y lo hizo"

La ilustración y frase pertenecen a Maité Esteban, una payasa de Buenos Aires. Lo vi colgado en una de las paredes de la sala de documentación de mi trabajo y me llamó la atención. 


Es la esencia del clown, el ridículo como forma de expresión y la risa como anestésico antídoto. El mensaje me gusta, pero no todo en los payasos es juegos y diversión; también es drama y  tragedia. Hay personas que sienten absoluta aversión a todo lo que tenga que ver con estos personajes circenses. Coulrofobia lo llaman. Puede que "It" de Stephen King tenga algo que ver en ello, en mi familia hay un caso. Lo entiendo, la mayoría esconden un punto de siniestralidad bajo esa pintura blanquecina y esa sonrisa simulada. Y es que no hay nada más inquietante que un payaso triste. Un ejemplo es el payaso que siempre está sentado delante del escaparate del Zara de la calle Princesa pidiendo dinero para poder pagar su hipoteca, con su mirada atribulada e impenetrable. Cada vez que paso por allí cargada de bolsas se me encoge el alma, pero ya es tarde: también llevo el bolsillo demasiado encogido para soltarle una monedita. De todos modos, si acaso prefiero darle algo de chatarra al violinista de Ciudad Universitaria, que a veces toca canciones de Disney. Mientras que no le dé por tocar la canción de Dumbo en la que se emborracha y los elefantes rosas le atosigan, todo está controlado, porque creo que no hace falta que diga quién dejó la botella de vino al lado del agua del pobre animalito.





Crocanroleando con sapos

sábado, 27 de febrero de 2010 en 19:24

Los descubrí en el Extremusika 2007 y desde entonces he ido a ver a Dr. Sapo en concierto cada vez que he tenido oportunidad. La última fue el viernes pasado en Cáceres, donde iniciaron la gira de presentación de su nuevo disco "No hay fronteras". Con preludio del grupo cacereño de bossanova Miscelánea, los que estuvimos allí estábamos deseando que el grupo alcarreño entrase en acción. Y no defraudaron. Divertidísimos, entregados y con ese toque gamberro que les caracteriza, se lanzaron de lleno a la charca y tocaron los mejores temas de sus tres discos (para mi gusto faltó "Felicidad", pero nunca la cantan). Un estilo a caballo entre el rock y el pop (ellos lo definen como "crocanrol"), con un cantante de voz muy singular, Miguel de Lucas, y canciones repletas de letras ocurrentes y sentido del humor que hacen que las mañanas sean menos mañanas y que vayas en el metro a trabajar con una sonrisa en la cara. Han contado con la producción de Dani Alcover para este nuevo disco y con la colaboración de Chelo Vivares (la mujer que se escondía bajo Espinete en Barrio Sésamo) para la canción "Un erizo como yo".

Pinchando aquí podéis ver su nuevo videoclip "Queridos Reyes Magos" y de paso votarles para que no desaparezcan de la lista. Igual que os pasáis todo el día haciendoos fan de señoras, velocirraptors y modernas, ¡haceos fan de Dr. Sapo!

Políticamente incorrecto

viernes, 19 de febrero de 2010 en 14:46

Ayer Aznar respondía con un gesto insultante a los estudiantes de la Universidad de Oviedo que le abuchearon a la salida de su mítin. La ya famosa "peineta" está dando de qué hablar en todos los medios de comunicación. Unos sostienen que el gesto del ex-presidente es puramente anecdótico o una respuesta inevitable a una conducta reprobable por parte de los alumnos: Regina Otaola, alcaldesa del PP de una localidad guipuzcoana, califica como "cuatro anomarles" a los estudiantes, y el presidente de NNGG de Asturias, Pablo Álvarez, tacha de "vergonzoso" y "fuera del respeto democrático" los acontecimientos.
Otros, en cambio, critican con dureza la actitud adoptada por el político: el ex-diputado de la Chunta Aragonesista José Antonio Labordeta critica su "chulería y prepotencia increíble", mientras que el senador del PNV Iñaki Anasagasti deja entrever el "resentimiento" en el que vive Aznar.

Sea como fuere, este gesto no ha dejado indiferente a nadie. Como estoy en contra de todo tipo de violencia (ya sea física o verbal), no considero que la actuación de los alumnos sea digna de alabanza, pues se puede ejercer la libertad de expresión desde el respeto. Eso sí, menos ejemplar aún me parece la respuesta del ex-presidente, ya que una personalidad tal no puede permitirse dejar las formas en el salón de su casa. Conclusión: entre la peineta de Aznar y el "hijoputa" de Aguirre, creo que a más de uno no le vendrían mal unas clases de Educación para la Ciudadanía.

El tiempo es oro

jueves, 18 de febrero de 2010 en 13:31

Si el tiempo fuese oro, sería rica. Tengo un trabajo de 5 horas que me permite levantarme a una hora prudente y disponer de tardes libres. Incluso parte de mi horario laboral puedo emplearlo en ocio: leer el periódico, consultar el correo o fisgar en las redes sociales, cuyo paquete incluye facebook/tuenti/twitter, son el día a día de parte de mi rutina matinal. Y vuelvo a poner énfasis en "parte": quede claro que no soy una vaga redomada, sólo que a menudo los gabinetes de prensa están caracterizados por periodos de inactividad impensables en la cotidianidad de cualquier otro medio. Pero ese es otro tema.

Ya sólo me faltaba el blog, y lo primero sería definir el objeto de su creación. Hay quien publica sus desvaríos o hay quien tiene montado todo un auténtico imperio de la comunicación. Yo, teniendo en cuenta que soy periodista -en potencia- debería darle un enfoque profesional, divulgar noticias, analizar la sociedad y demás mandangas, pero... qué leches, ya iré viendo lo que surge. Considerando la naturaleza voluble de mi persona, no prometo nada. Y menos si estoy de resaca. Bienvenidos a Lloviendo y sin paraguas.